domingo, 2 de noviembre de 2014

PEL

El PEL es, como se define en la página de la OAPEE “un documento personal promovido por el Consejo de Europa, en el que los que aprenden o han aprendido una lengua pueden registrar sus experiencias de aprendizaje de lenguas y culturas y reflexionar sobre ellas”. Está por lo tanto concebido como un porfolio educativo o incluso profesional, dado su carácter informativo, y se ofrece tanto en formato digital como en papel.
Como tal, cuenta con una parte dedicada a la recogida de evidencias, o lo que se viene a llamar dossier, en el cual los alumnos recogen todas las tareas, experiencias y certificados significativos relacionadas con el aprendizaje de una segunda lengua. Como se señaló en la actividad de evidencias, éstas pueden ser muy variadas (grabaciones, composiciones escritas, mapas conceptuales, diagramas, vídeos, podcasts, vokis de los alumnos, proyectos eTwinning o cualquier otra producción realizada en el aula).

La parte dedicada a la evaluación se llama Pasaporte, y ahí es donde el usuario registra lo que sabe hacer en la lengua correspondiente, es decir, su autoevaluación en una lengua en concreto. De esta manera, y partiendo de un perfil lingüístico, el usuario de manera autónoma reflexiona sobre su autoevaluación y hace un seguimiento exhaustivo de los cursos realizados y contactos relacionado con el aprendizaje de idiomas.

Lo más interesante en este punto son los cuadros de autoevaluaciones o rúbricas, que permiten saber al usuario cuáles son los objetivos en cada nivel y son una herramienta eficaz de autorregulación, y que además viene implementado en una tercera parte llamada biografía lingüística, apartado de registro y reflexión.
La diferencia con los otros porfolios estudiados es el valor informativo añadido que éste tiene, ya que a través de él podemos describir nuestras competencias lingüísticas en más de un idioma, lo que puede facilitar en muchos casos la incorporación al mundo laboral del usuario o su mejora dentro del mercado. Además, el ámbito de aplicación trasciende el del aula, ya que es una iniciativa de la UE  para el desarrollo de la ciudadanía democrática.
En lo que respecta a las partes del PEL a adaptar en las clases, dado que la asignatura que imparto es lengua Inglesa, podría adaptarlas todas según las necesidades y edades de los alumnos. De hecho, en mi centro se aplica sistemáticamente en Educación primaria. En educación secundaria me centraría, en lugar de la recogida de evidencias en el dossier (saber hacerlo de forma autónoma cuando los alumnos cambian de etapa), en la biografía y el pasaporte, y adaptaría las rúbricas a cada curso según los contenidos trabajados en el aula. De esta manera la autorregulación sería más efectiva.
Desde mi punto de vista el porfolio es educado para todos los niveles educativos, desde primaria, donde los alumnos se habitúan a recoger evidencias, a secundaria, con la autoevaluación y más adelante a Bachillerato y Universidad, donde los alumnos se centran más en la recogida de certificaciones y en la reflexión sobre el aprendizaje. De hecho, el PLE es un porfolio para toda una vida, ya que la formación en idiomas suele ser continua.
Añadiría una cuarta parte al porfolio: “Podfolio”, en el que el alumno registrase de alguna manera producciones orales en cada etapa de su aprendizaje en forma de podcasts. Así el usuario reflexionaría sobre la evolución lingüística en lo que a fluidez, acentuación y entonación se refiere. La herramienta a utilizar podría a ser “Audacity” o similares.

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